Para los dueños de mascotas, es muy triste verlos sufrir o que tienen una enfermedad grave, ya que es muy difícil saber o descifrar que están sintiendo o si tienen alguna dolencia grave, por otro lado, no nos gusta medicarlos, sabiendo que ciertos medicamentos les causan efectos secundarios irreversibles.
Se han realizado investigaciones médicas, llegando a la conclusión que los aceites, alimentos, premios o galletas de CBD tienen el potencial de aliviar el dolor y reducir la inflamación relacionada con una variedad de problemas de salud del perro.
A pesar de que el CBD para mascotas es nuevo en el mercado y todavía se realizan investigaciones, actualmente miles de mascotas ya disfrutan de los beneficios del CBD, es momento de que tu mascota goce de estos beneficios.
Muchos veterinarios tienden a ser conservadores con el uso del CBD, pero recientes estudios que se han llevado a cabo en las Universidades de Colorado y Cornell demostraron que estos productos eran generalmente seguros y efectivos para tratar algunas condiciones específicas.
En este artículo, hablaremos de algunos beneficios que aporta el CBD a tus mascotas.
El CBD reduce la ansiedad.
La ansiedad y depresión perros y gatos sucede cuando existe un desequilibrio químico en el cerebro. Los perros son más susceptibles a este trastorno. Algunos ejemplos son: por separación, cambio de domicilio o miedo al ruido, como relámpagos o pirotecnia.
Estudios veterinarios y de expertos médicos han demostrado que la utilización de aceite de CBD en perros, puede ayudar a estabilizar y normalizar la fluctuación química que resulta en estos problemas de salud en nuestra mascota.
Además, el compuesto CBD podría interactuar con los receptores de serotonina y adenosina en el cerebro de su perro para que el funcionamiento de este sea correcto.
El CBD puede combatir el cáncer.
Se ha descubierto que el CBD y otros componentes del cannabis, tienen un efecto antitumoral. Existen un gran número de investigaciones que demuestran que el aceite de CBD tiene un efecto importante en la prevención del crecimiento y la propagación de las células cancerosas. O sea, el CBD bloquea el crecimiento de células cancerosas y aumenta la muerte de células tumorales.
Los cannabinoides pueden mejorar los beneficios terapéuticos de la quimioterapia e incluso mejoran la eficacia de la radioterapia en estudios sobre animales.
El CBD puede tratar convulsiones y epilepsia.
Hay estadísticas que señalan que un 5% de los perros sufren convulsiones. La mayoría de los perros con convulsiones reciben tratamientos médicos que si pueden ayudar a controlar las convulsiones, pero pueden ser extremadamente dañinos para el hígado y otros órganos de su perro.
Algunos estudios científicos han demostrado que el uso de CBD puede reducir significativamente el número y la intensidad de estas interrupciones eléctricas en el cerebro de la mayoría de las mascotas.
Un estudio realizado a perros con epilepsia, reportó que 7 de 8 pacientes eran resistentes a los medicamentos y al darles CBD, tuvieron una mejora definitiva en los siguientes 4 a 5 meses.
El CBD alivia el dolor.
Una de las características más importantes del CBD es que es un analgésico natural. Funciona tan bien para combatir el dolor, que los científicos lo están considerando como una nueva clase de fármaco para el tratamiento del dolor crónico.
El dolor e inflamación en perros y gatos son regulados por el receptor vanilloide del cerebro. Está demostrado cuando el CBD interactúa con ese tipo de neuronas, bloquea y previene con total eficacia que el receptor se active e indique al cuerpo que sienta dolor.
El CBD puede ayudar a tratar enfermedades inflamatorias intestinales.
Los estudios realizados en animales muestran que el CBD posee propiedades antiinflamatorias por lo que puede prevenir la colitis, inflamación intestinal, etc.
Cada vez hay más evidencias de que el CBD ayuda en procesos inflamatorios, como es el caso de artritis o enfermedades inflamatorias intestinales y también restaura la motilidad intestinal normal. Incluso en algunos pacientes ha sido posible la completa sustitución de los medicamentos antiinflamatorios por CBD, hecho muy deseable en perros que sufren los efectos secundarios de los AINES por su necesidad de uso a largo plazo.
La abundancia de cannabinoides en el intestino sugiere que los fitocannabinoides del cannabis pueden reducir la inflamación en enfermedades como la enfermedad de Crohn.
El CBD puede ayudar en enfermedades del riñón.
La anandamida, un agonista del CB1, está presente en los riñones de los perros, gatos y humanos. Las investigaciones han demostrado que aumentando los niveles de anandamida y otros cannabinoides en el riñón se puede ayudar a mejorar la función renal después de una lesión aguda.
El CBD reduce la inflamación crónica y las enfermedades autoinmunes.
Se ha demostrado que el CBD disminuye la producción y liberación de citocinas inflamatorias que pueden causar alergias, hipersensibilidad y autoinmunidad.
Una enfermedad en la que el CBD puede ser efectivo sería el Síndrome de temblor idiopático, que provoca un temblor generalizado en todo el cuerpo.
Stephen Cital comentó que los perros con este síndrome que habían recibido tratamiento con CBD habían eliminado el uso de la prednisona, un corticoide que se usa habitualmente para tratar esta patología.
El CBD puede proteger el sistema nervioso y ayudar con enfermedades neurodegenerativas.
Para los perros que sufren de mielopatía degenerativa y problemas de la columna y los nervios, los estudios indican que el CBD es muy prometedor. Se ha demostrado que ayuda a los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad de Alzheimer y Parkinson al proteger las células cerebrales de la toxicidad.
Además, para los perros mayores, se ha demostrado que el CBD protege el cerebro de la muerte celular causada por los radicales libres y las toxinas.
El CBD aumenta el apetito y elimina las náuseas.
Hay perritos que no comen, ya sea por alguna enfermedad, náuseas o ansiedad y el CBD puede ayudar.
En estudios con animales, se ha demostrado que el CBD ayuda a disminuir vómitos y náuseas, incluso cuando son provocados por toxinas y medicamentos, el CBD estimula el apetito gracias a la interacción con múltiples neuronas en el cerebro de su mascota. El resultado que se obtiene, es que alienta a un perro que se encuentra enfermo a repararse, en particular cuando sufre de enfermedades sistémicas como convulsiones, inflamación o cáncer.
Todos los seres vivos necesitamos la energía de los alimentos para combatir estas dolencias, y si no es posible la ingesta y digestión de suficiente alimento, se pueden enfrentar problemas graves de salud.
El CBD promueve la salud cardiovascular.
Tal como descubrió el veterinario Dr. Bassingthwaighte, el CBD se ha relacionado con la salud del corazón. Los estudios demuestran que puede reducir el daño de los vasos sanguíneos dañados y la frecuencia cardíaca irregular, protege los vasos sanguíneos del daño y dilatación de las arterias, reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial asociadas con el estrés y la ansiedad.
Conclusión
Está comprobado que el CBD mejora la condición de los animales que padecen ansiedad, ocasionada por quedarse en casa y no ver a sus dueños; enfermedades como la artritis o relacionadas al tracto inflamado. Además controla convulsiones y epilepsia, así como secuelas de parvovirus y moquillo.
Por tal motivo, los dueños de mascotas cada vez eligen el CBD para animales como tratamiento para paliar determinadas afecciones o como complemento para tratamientos médicos más crónicos, que puedan provocar efectos secundarios adversos. Si tu perro o gato sufre de enfermedades tales como epilepsia, inflamaciones crónicas o cáncer, entre muchas otras, plantearte usar CBD para mascotas como complemento en el tratamiento veterinario puede ser una buena opción.
Siempre recomendamos que consultes al médico veterinario antes de suministrar CBD complemento terapéutico.
US National Library of Medicine. 2018. Pharmacokinetics, Safety, and Clinical Efficacy of Cannabidiol Treatment in Osteoarthritic Dogs https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6065210/
Las información contenida en este artículo está basada en publicaciones científicas y médicas extraídas de Nature, Pubmed o el Instituto del Cáncer de USA. Están tratadas con fines meramente informativos.